martes, 28 de junio de 2011

Proyecto "Los niños de Inicial y sus familias, cuidan el medio ambiente"


En la supervisión de Nivel Inicial y con la presencia del Intendente Graciano Bracalente, la Secretaria de Acción Social Monica Manozzi, la Delegada Regional de Educación AVC II, Supervisoras y Directivos del Nivel se puso en marcha hoy, martes 28 de junio, el Proyecto Interinstitucional "Los niños de Inicial y las familias, cuidan el medio ambiente".
La experiencia que se inició en el Jardín 30 (ver Un pequeño reciclaje) intenta concientizar a los niños de los jardines N° 4, 30, 36 y 58 en el cuidado del medio ambiente junto a sus familias, vecinos y escuela. De esta manera, el Proyecto plantea que se busca "estimular la solidaridad como miembro de la sociedad en la que esta inserto, enriqueciendo su capital social y su responsabilidad".
El grupo comenzara a juntar botellas plásticas que luego reciclaran en los jardines. Despues de sacar las tapas se colocaran en bolsones y con la colaboración de la Municipalidad y Secretaría de obras públicas se llevaran a Plottier.
El grupo organizador del proyecto, en consonancia con el Programa de Reciclado de la Fundación Garrahan, invita a la comunidad a donar tapitas plasticas, establece los lugares para enviarlas e informa que ya se han reciclado 1718 toneladas de tapitas bajo el lema: "Destapa tu solidaridad. Doná tus tapitas al Garrahan".



Un pequeño gran reciclaje

“La bolsa plástica: una historia con final feliz” es una aventura que emprendió la sala de 5 años del Jardín Independiente Nº 30 de Allen. Se trata de un proyecto que ayuda a cuidar el medio ambiente reutilizando bolsas plásticas. Pero a la vez los niños y niñas aprendieron sobre el método científico a través de experimentos con prueba y error.

Esta historia con final feliz empieza el 5 de Junio: el Día Mundial del Medio Ambiente. En el Jardín Independiente Nº 30 de Allen, los chicos y chicas de salita de 5 años miraron una película que explicaba los daños que causan las bolsas plásticas en el medio ambiente. Como explicaron con preocupación ellos mismos: “las bolsas quedan en los árboles, van a parar a las sierras, a la selva, a todos lados” y “los animales se las confunden con comida y se las comen y se mueren y además contaminan”. Por eso en seguida pensaron “¡algo hay que hacer!” La seño Laura Ortega tenía una propuesta: reciclar las bolsas plásticas, porque si se las reutiliza como lona plástica o tejida para hacer bolsos de los mandados se ahorran nada menos que 288 bolsas al año.
Pero primero estos mini científicos tenían que ver con sus propios ojos que este material no era biodegradable y averiguar que otros sí lo eran. Así que pusieron manos a la tierra y enterraron bolsas plásticas, papel, alimentos, latas, botellas. Dos meses después los desenterraron y comprobaron que todas las cosas de plástico, metal y vidrio no entraban en descomposición. Así clasificaron: cosas que contaminan y cosas que no contaminan. “Las bolsas no se pudrieron” aseguró uno de los pequeños ambientalistas. En cambio, las hojas, las cáscaras de banana y la lechuga “no estaban, se hicieron tierra”.
Con estas firmes conclusiones en mano, decidieron reciclar las bolsas. Pero esto no es una tarea fácil, por eso la seño Ortega y sus alumnos aplicaron el método científico. Primero se sentaron a discutir todos sus descubrimientos y sus opciones. Después, estos pequeños investigadores plantearon varias hipótesis: hacer globos, calentarlas en el calorama y en agua hirviendo, hacer una soga. Pero los experimentos mostraron que los globos se pinchaban y el plástico se hacía chiquito con el calor. Atando varias bolsas juntas podían tener una cuerda para saltar o para atar las cortinas.
Sin embargo, estos resultados no fueron lo suficientemente satisfactorios para estos ambiciosos cecologistas. Por eso después de mucha investigación descubrieron que podían planchar las bolsas para crear una lona o cortarlas en tiras y tejerlas. Así reutilizaron las bolsas como billeteras, bolsos, pelotas, pulseras, masetas, collares, sombreros y hasta una capa de superhéroe. Así la bolsa plástica llegó a su final feliz: ser reciclada para no contaminar el medio ambiente. Este proyecto del Jardín Independiente Nº 30 logró crear conciencia, cuidar el medio ambiente y enseñar el método científico a los pequeños y pequeñas. Un aplauso para ellos.
Leonardo Stickel para Allen... nuestra ciudad, 2009



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